Intentando disfrutar de mis últimos cuatro días de tranquilidad, antes de un angustioso verano, decidimos Pantera y yo pasar unos días por la zona burgalesa y soriana pero con un terrible final, aunque suene a clickbait. Nos acercaremos a Covarrubias, visitaremos el desfiladero de la Yecla y recorreremos el cementerio de Sad Hill en furgoneta.
De camino a Covarrubias
Tenia muchas ganas de hacer una salida y como vivimos cerca de esta zona, apenas a 1 hora de camino. Nos acercamos con lapitufa hacia aquí con nuestro destino fijado en el cañón de rio lobos, no sin antes parar por algunos sitios icónicos de la zona de Burgos. La primera parada la hicimos en Covarrubias, tiene un área de autocaravanas donde incluso puedes cambiar aguas de forma gratuita.
La entrada al pueblo es majestuosa con su gran edificio que hoy en día es el edificio del archivo del adelantamiento de Castilla, tiene un museo del libro y biblioteca en su interior. Un poco mas adelante nos encontramos con una plaza mayor de estilo medieval y si seguimos bajando hacia al rio Arlzanza nos damos de frente con el torreón de Fernán Gonzalez que alberga una interesante exposición de armas de asedio de la época medieval.
Si antes de llegar a la torre, giramos a nuestra izquierda llegaremos a la colegiata de San Cosme y San Damián, de imprescindible visita si se dispone de tiempo, bien de interés cultural, de especial interés la iglesia tardogótica y su claustro del s XVI, como curiosidad aquí se haya el sepulcro de la infanta Cristina de Noruega.
Justo nada mas salir de la colegiata paseamos por el rio Arlanza, con su muralla medieval al lado, un bonito paseo que no te puedes perder donde Pantera incluso se pudo remojar un poco. Un poco mas adelante nos encontramos con el puente medieval de Covarrubias que cruza el rio Arlanza donde poco después cruzaremos con lapituvan hacia Santo Domingo de Silos.
Santo Domingo de Silos y el desfiladero de la Yecla
Llegamos a este hermoso pueblo, pero antes de visitarlo dormimos cerca de la carretera al lado del campo de futbol, tiene un merendero y sombra para poder cobijarnos y no pasar calor al despertarnos. Al día siguiente hacemos una ruta hacia el desfiladero de la Yecla. Un camino desde Santo Domingo de Silos nos deja en menos de una hora a través de unas pasarelas en el desfiladero. Un gran buitre metálico nos da la bienvenida en la entrada del desfiladero y tras subir unas cuantas escaleras nos situamos lo empezamos.
Una pasarela por un desfiladero muy angosto que incluso podemos tocar en ciertos momentos los dos lados con las manos. Lo recorremos en menos de 10 minutos, el pasaje es tan estrecho que apenas puede pasar otra persona de frente. Admiramos los saltos de agua y el recorrer del rio por este angosto desfiladero, donde al terminar el recorrido por esta parte nos deja en un aparcamiento donde podemos tomarnos un refrigerio en el bar del desfiladero de la Yecla.
Realizamos la vuelta por el mismo lugar hasta Santo Domingo de Silos donde compramos unas cervezas artesanas de edición de Sad Hill que vienen con un numero en ellas el 947 que como no puede ser de otra manera es el prefijo de Burgos.
El vendedor de la tienda, muy simpático el, nos recomienda ver el documental de Netflix sobre la recuperación del cementerio de Sad Hill y además nos dice como ir desde allí con la furgoneta.
De camino en furgoneta a Sad Hill; cementerio del bueno, el feo y el malo
Así que tras dar una vuelta alrededor de Santo Domingo de Silos y tomarnos un almuerzo viendo el documental que nos habían recomendado, nos encaminamos con la furgoneta por una pista de tierra hacia el cementerio mas famoso del mundo cinematográfico, es un camino accesible para nuestra casa con ruedas. Con tranquilidad para no acabar con todo el menaje de la cocina del suelo llegamos hasta arriba donde tenemos una hermosa vista del cementerio, con sus círculos concéntricos y su centro de piedra.
Bajamos al aparcamiento y lo recorremos, ahí nos espera Clint en la entrada y si vamos hacia el centro como no puede ser de otra manera tenemos la tumba de Arch Stanton y al lado la del desconocido. Se agradece que hayan podido recuperar este lugar lleno de historia donde se rodo una de las escenas mas icónicas del spaghetti western.
Ya de vuelta en la furgoneta, ¿Cuál es mi sorpresa?, que no arranca. Tras probar varias cosas, seguro que es el motor de arranque, gracias a que un grupo de chicos me ayudo a tirarme cuesta abajo y así poder volver hasta casa del tirón. Un final triste porque era el primer día y queríamos seguir unos días mas hacia la provincia de Soria, una lastima pero mas adelante volveremos.
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